Mi familia.
"En efecto: ya me estaba muriendo. Acababa de enterarme de la terrible noticia a la que, un día u otro, todo ser humano tiene que enfrentarse: lo que amas, lo perderás. - Lo que te ha sido dado te será arrebatado-:así es como me formulaba el desastre que iba a convertirse en el leitmotiv de mi infancia, de mi adolescencia y de las peripecias subsiguientes."
"Que seas o no odiosa no cambia nada.- Lo que te ha sido dado te será arrebatado-: ésa es la norma."
"Lo que te ha sido dado te será arrebatado";¡y si supieras la cantidad de cosas que un día tendrán el descaro de arrebatarte!.
Me puse a gritar de desesperación. En aquel momento mi padre y Nishio-san reaparecieron. Esta última me cogió en los brazos.
-No te preocupes, me quedo, no me marcho, me quedo contigo, ¡se acabó!
Si me lo hubiera dicho un cuarto de hora antes hubiera estallado de alegría. En adelante, sabía que se trataba de una prórroga: el drama quedaba pospuesto para más adelante. Triste consuelo.
Ante el descubrimiento del futuro expolio, solo existen dos actitudes posibles: o bien uno decide no encariñarse con las persona y las cosas, con el fin de que la amputación no resulte tan dolorosa; o, por el contrario, uno decide amar todavía más a las personas y a las cosas, poner toda la carne en el asador, "ya que no estaremos mucho tiempo juntos, te voy a dar en un año todo el amor que te podía haber dado en una vida".
Esta fue mi elección inmediata, me abracé a Nishio-san y apreté su cuerpo tanto como me permitían mis inexistentes fuerzas. Eso no impidió que todavía llorase durante algún tiempo".
" A partir de entonces viví sumergida en un sentimiento de solemnidad".
"¡Tienes que recordar!¡Tienes que recordar!".
"Si logras inscribir los tesoros de tu paraíso en la materia de tu cerebro, transportarás en la cabeza si no su milagrosa realidad, sí por lo menos su poder ".
No hay comentarios:
Publicar un comentario